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Alimentos y recetas preventivas de la enfermedad de Alzheimer

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El alzheimer

Es una enfermedad que causa una pérdida progresiva de la habilidad mental debido a la degeneración del tejido cerebral (depósitos proteínicos entre las neuronas).

Es la forma más común de demencia y la cuarta causa de muerte en occidente.

Aunque se desconoce su origen, se considera que la enfermedad de Alzheimer está vinculada con factores genéticos, ya que, según estudios realizados, 15 de cada 100 personas con la enfermedad de Alzheimer tienen un progenitor afectado por este mal. En el caso de las mujeres, la falta de estrógenos que se produce después de la menopausia probablemente esté relacionada, y la terapia de reemplazo hormonal (TRH) se utiliza para evitar la aparición de esta afección.

El primer síntoma de la enfermedad de Alzheimer suele ser la pérdida progresiva de memoria la cual va eventualmente acompañada por otros síntomas, entre los que están:

Dificultad para mantener una conversación (vocabulario reducido) Escasa concentración
Depresión y ansiedad (en las primeras etapas)
Cambios de ánimo repentinos como de la risa a la agresividad (en etapas posteriores)
Problemas de insomnio
Deambulación y desasosiego
Descuido de la higiene personal
Dificultad para comprender el lenguaje oral y escrito
Pérdida del sentido de ubicación, incluso en entornos familiares.

Los alimentos y su acción preventiva en el Alzheimer

Como aún no se ha encontrado una cura para el Alzheimer, algunos investigadores están considerando que la alimentación puede jugar un papel importante en la prevención de esta enfermedad:

Los antioxidantes Los estudios han revelado indicios de que los radicales libres, unas moléculas perjudiciales de oxígeno que dañan los tejidos de todo el cuerpo, entre ellos el cerebro, tal vez contribuyan a provocar la enfermedad de Alzheimer.

Existen alimentos ricos en sustancias llamadas antioxidantes, como frutas y verduras, las cuales pueden ayudar a controlar y hasta combatir los radicales libres.

Unos investigadores de la Universidad Vanderbilt en Nashville, y la Universidad del Sur de Florida, en Tampa, llevaron a cabo un estudio donde participaron más de 1.800 hombres y mujeres y observaron que en aquellos que bebían jugos de frutas y de verduras al menos tres veces por semana se les redujo hasta un 76% las probabilidades de desarrollar una posible enfermedad de Alzheimer en comparación con las personas que bebían jugos menos de una vez por semana. Los investigadores llegaron a la conclusión de que “es posible que los jugos de frutas y verduras contribuyan considerablemente a retardar la aparición de la enfermedad de Alzheimer”.

Las vitaminas del complejo B Según estudios realizados, las vitaminas del complejo B pueden contribuir no sólo en la prevención sino también en un posible tratamiento para la enfermedad de Alzheimer. El cuerpo las utiliza para ayudar a conservar la cubierta que protege los nervios, así como para fabricar algunas sustancias químicas que éstos usanpara comunicarse entre sí. Por ello, es posible que un bajo nivel de vitaminas del grupo B afecte el rendimiento mental.

Además, existe la posibilidad que un nivel elevado de homocisteína —un aminoácido— aumente el riesgo de sufrir esta enfermedad. Las vitaminas del complejo B ayudan a reducir el nivel de homocisteína porque la descomponen.

Algunos alimentos ricos en vitamina del complejo B son las carnes como las de pavo (chompipe), hígado de pollo y cordero, así como a pescado y marisco como almejas al vapor, el atún de aleta azul y las sardinas. También los vegetales contienen vitaminas del complejo B como garbanzos, papas, pollo y plátanos amarillos (guineos, bananas).

La dieta mediterránea En base a las investigaciones realizadas en la Universidad Columbia, pareciera que la dieta mediterránea, rica en frutas y verduras, pescado, cereales integrales y grasas insaturadas como el aceite de oliva y de cariota, puede proteger contra el Alzheimer, así como las enfermedades cardíacas y el cáncer.

Esta universidad hizo un estudio en 2.258 neoyorquinos durante 4 años y descubrieron que aquéllos que comían de manera más parecida al estilo mediterráneo tenían un 40 por ciento menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que las personas cuyos hábitos alimenticios diferían más de la dieta mediterránea.

Plantas curativas En cuanto a las hierbas o plantas curativas que se pueden emplear contra el Alzheimer, se recomienda el ginkgo biloba, gotu kola y el romero, ya que según estudios preliminares sugiere que estas plantas inhibe la acumulación de placas en el cerebro.

Receta saludable para el Alzheimer

Receta saludable como preventivo de la enfermedad de Alzheimer

Sardina con picadillo

Ingredientes

1 kg de sardinas frescas de tamaño mediano.

5 tomates maduros sin piel.

1 cebolla grande.

2 ramitas de perejil fresco.

2 pimientos verdes.

3 dientes de ajo pelados.

1 dl aceite de oliva de 1″.

6 hebras de azafrán.

1/2 cucharadita de pimienta blanca.

1/2 cucharadita de pimentón dulce.

Preparación:

Se pica la verdura muy fina. Se le añade el azafrán, el pimentón y la pimienta blanca. Se añade el aceite de oliva y se reserva este picado.

Después, se limpian las sardinas de cabeza y raspa y se van colocando en círculo en una cazuela de barro plana. Sobre cada una de las capas de sardinas, se va poniendo el picadillo reservado, terminando con la última capa de sardinas y el picadillo que reservamos para este final.

Se tapa la cazuela y se deja cocer a fuego suave durante una hora y cuarto aproximadamente.

Recomendaciones generales para la enfermedad de Alzheimer
Reducir los niveles de colesterol y homocisteína para evitar la aparición de esta enfermedad. Por ello, se debe adoptar una dieta rica en folato y en las vitaminas B4 y B12 para reducir los niveles sanguíneos de homocisteína y, para mejorar el colesterol, hay que seguir una dieta baja en grasa saturada y transgrasas (los alimentos procesados son una considerable fuente).

Reducir la exposición al aluminio, ya que, según estudios, puede facilitar la aparición de esta enfermedad. Por ello, se debe evitar:

Guardar o cocinar alimentos en papel de aluminio.
Evitar el queso procesado, el cual contiene una considerable cantidad de aluminio.
Evitar cocinar alimentos muy ácidos, como los productos de tomate (jitomate), en sartenes u ollas de aluminio.
Tomar únicamente agua embotellada y evitar el consumo de agua procedente de tuberías, ya que puede contener aluminio.
Mantener el cerebro activo puede reducir el avance de la enfermedad. Para ello, se recomienda leer, escribir, aprender, por ejemplo, idiomas y realizar pasatiempos que requieran actividad mental como los crucigramas.

Evitar el fumar, ya que según estudios, duplica el riesgo de sufrir Alzheimer.

Realizar ejercicio diario como nadar o caminar 30 minutos, ya que puede reducir las probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Recomendaciones para las personas que cuiden enfermos de Alzheimer Si usted debe cuidar a alguien con esta enfermedad, deberá equilibrar las necesidades del enfermo con las propias.

En las primeras etapas es importante permitir que la persona siga siendo lo más Independiente y activa posible. A medida que la enfermedad avanza, existen varias medidas que se pueden tomar para ayudar a compensar la pérdida de memoria del afectado, su pérdida de juicio y su comportamiento impredecible. A continuación algunas recomendaciones:

Armar una cartelera con una lista de las cosas que deben hacerse cada día.
Pedir a la persona que use una identificación con sus datos, contactos y número telefónico si el problema es la deambulación.
Poner notas en toda la casa para ayudarle a recordar apagar los artefactos eléctricos.
Considerar instalar accesorios da baño que faciliten su utilización.
Tomar un descanso cada vez que pueda buscando a alguien que lo ayude durante un par de horas, así es que averigüe sobre los servicios de asistencia locales.
Unirse a un grupo de apoyo e informarse sobre la existencia de centros de cuidados diurnos.
Ser paciente con las personas que sufren de Alzheimer, ya que tienen cambios de ánimo frecuentes que pueden llegar hasta comportamientos más agresivos como insultos, gritos y agresión física hacia el cuidador. Para facilitar la comprensión de esta situación, se debe:
• Pensar en lo que ocurrió justo antes de desencadenarse la reacción.

• Buscar los sentimientos que se encuentran tras las palabras.

• Ser positivo, reconfortante y hablar despacio, con un tono suave.

• Usar música, masajes y/o ejercicio para ayudar a tranquilizar al enfermo.

En todo momento se debe tratar de no sentirse ofendido ni de discutir; es mejor ofrecer una respuesta sencilla o tratar de desviar la atención hacia otra actividad.

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